Capitulo tres, andando sobre las nubes.

Han pasado unos años y en 1994 me diagnostican la diabetes, inicialmente solo tomo pastillas para contrarrestar el efecto de la misma, así que se impone comer varias veces al día y nada de azúcar o elementos comestibles que puedan contenerlas, así como hacer deporte, sobre todo andar (hoy en día ante mi imposibilidad de moverme me tengo que poner insulina).

Año 1998 estamos en el mes de junio, es de madrugada y me despierto con un fuerte dolor en la nuca, me tomo un Gelocatil y parece que me hace un poco de efecto aunque no se me calma del todo. Al día siguiente mas o menos a la misma hora que el día anterior me vuelve a ocurrir lo mismo, vuelvo a tomarme un Gelocatil pero no tiene ningún efecto, me siento en el sofá me reclino y me muevo de mil maneras hasta que se pasa el dolor. Como si de un efecto de magia se tratara al tercer día, tal y como apareció se va el dolor.

Principio de agosto de 1998, es sábado, voy ha mi trabajo, andando por la calle observo que no recibo información de que es lo que están pisando mis pies, o sea no noto el suelo es como si estuviera andando sobre las nubes, me noto como una sensación de estar acolchado, lo achaco a una posible falta de deporte, estoy solo en el taller, a eso de las 12 del mediodía viene mi mujer para irnos juntos a casa, le explico lo que me pasa y tomamos la decisión de irnos al hospital por urgencias, así que son las trece horas, cierro el taller y nos vamos (ya nunca mas volvería a entrar al taller como trabajador).

Llegamos al hospital de Alicante, en urgencias explico lo que me pasa, me hacen pasar a la sala de espera, curiosamente no tardan mucho en atenderme. El medico que  me atiende me hace multitud de preguntas y va anotando cosas, se levanta y me mira con una especie de pequeña lupa que emite luz, el ojo tanto el izquierdo como el derecho, me dice que los mueva a la izquierda o a la derecha, se arrima tanto ha mi que creo que me quiere "besar".

Me dice no se mueva de aqui, se va y viene con otros (si otros) médicos y me observan todos, yo no entiendo lo que esta pasando pero me temo que la cosa no pinta bien,  por mas que pregunto solo obtengo un "si  un momento".Ya son las siete de la noche sigo en observación y todavía no se nada, el desfile de medico de momento ha cesado, me han sacado sangre para analizar, aparece un medico que parecer ser un veterano, me mira igual que los demás las partes blancas de los ojos y me dice "mire, solo quiero confirmarle que hemos visto que tiene usted algo en el cerebro", pregunto si se sabe lo que es, me dice que inicialmente es un tumor pero hay que hacer muchas pruebas, tengo para ingresar el lunes por la mañana una cama reservada en neurología sexta planta, le pregunto si puedo conducir, tengo que llevar a mi suegra y ha mi hija hasta Cullera (Valencia), me dice que si no ha pasado nada hasta ahora no tiene el porque pasar nada hasta el lunes.

El viaje a Cullera fue sin problemas, dejamos allí a mi suegra y mi hija, ya hemos quedado que el regreso lo hagan en tren. Lunes por la mañana, son las nueve, llego al hospital y en recepción doy mi nombre y me dicen la planta a donde tengo que dirigirme (recordemos, la sexta), allí me llevan a una habitación donde hay como 4 camas mas, corresponde a lo antiguo del hospital, ya la zona nueva solo tiene dos camas por habitación (estaba de rehabilitación todo el hospital). Me quito la ropa y me pongo el pijama que me dan, tengo que decir que la familia esta preocupada, yo intento quitarle hierro al asunto, siempre he sido bromista y optimista y no voy ha cambiar. Segundo día en el hospital, me han sacado sangre para mas análisis, el Dr Leiva (neurocirujano) me dice que al día siguiente me llevaran para hacerme una resonancia magnética.

Son las ocho de la mañana, un enfermero viene ha buscarme para llevarme a la ambulancia que me trasladara para hacerme la resonancia (observo que no soy la única persona ha subir a la ambulancia), llegamos la hospital concertado por la seguridad social. Allí en el sótano tienen varias salas acondicionadas para resonancias magnéticas, debo de decir que ha mi nunca me han hecho una. Enseguida me llaman soy el primero en entrar, me preguntan si llevo algo de hierro, prótesis etc...., les digo que no, me acuestan en una camilla, mi cabeza queda apoyada en una especie de cuna para la misma y queda bastante rígida mirando hacia arriba, me ponen en la cara  unas espuma por las mejillas y una  reja por delante, me insisten que no me mueva, me dan un  botón que puedo apretar en cualquier momento si pasara cualquier cosa, la camilla se mete hacia dentro de lo que parece ser un tubo largo, tiene luz y hay como una circulación de aire. En cierta manera estoy algo acostumbrado con los sitios estrechos, de joven hice algo de espeleología, aunque en plan muy muy aficionado con unos compañeros.

Son las once y media de la mañana cuando salgo del tubo, estoy algo despistado por el ruido ensordecedor que hace la maquina, por lo demás todo bien. Una chica que aun a día de hoy no se quien era, me lleva a un despacho y me empieza a hacer muchas preguntas "desde cuando tiene usted eso, ha notado algo antes....". intuyo que algo no va bien. llegamos al hospital sobre las doce del mediodía. según mis cálculos he estado tres horas de reloj dentro de la maquina. Mi mujer y mis padres me están esperando en el hospital, pongo la mejor cara que tengo y procuro disimular mi temor, me preguntan y les digo que no sabrán nada hasta dentro de unos días.

Han pasado diez días desde que me hicieron la resonancia, el Dr. Leiva aparece y me dice que tienen que hacerme una biopsia (sacar un trocito del tumor para analizarlo), pero que le gustaría que me lo hiciera el Dr. Moreno y su equipo, como quiera que el esta de vacaciones no sera hasta dentro de quince días, no hay prisa ya que la situación no es urgente (eso dicen ellos). Así que me dan el alta para que pase esos días en casa.

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